La capacidad de innovación, la rápida adaptabilidad a los cambios y las ideas frescas y creativas, son valores que hoy se demandan y se valoran sobremanera en el ámbito empresarial. Y estos conceptos no sólo atañen a lo que tiene que ver con el día a día de los negocios, sino que son igualmente necesarios y aplicables a la actividad gremial que empuja el quehacer y la organización de los sectores productivos.
Por ello, la aparición de nuevos dirigentes, de personas interesadas en aportar y en renovar los esquemas comerciales y de gestión en que se ha movido la panadera tradicional, es algo que siempre será deseable e imprescindible para cualquier actividad.
En esta edición de Past & Panhe, incluimos un reportaje acerca de industriales jóvenes que viene empujando una tendencia de renovación en el rubro, aprovechando todo el bagaje familiar que muchos de ellos tienen, pero dando también claras muestras de un giro hacia todo lo que representa la modernidad, la tecnología, el marketing y un largo etcétera de factores que son vitales para sobrevivir con nuevas herramientas en un mercado que es cada vez más competitivo.
No se trata eso sí de borrar de un plumazo todo lo bueno que han hecho las generaciones anteriores, ni de “jubilar” de golpe a quienes pese a tener mayor edad, aún tienen mucho que aportar al gremio y al sector en diversos ámbitos.
Pero sí hay que reconocer que los nuevos aires son necesarios y que el desafío mayor comienza ahora, de manera de ir consiguiendo una transición exitosa, que vaya mezclando lo mejor de dos visiones que deben ir encontrando y construyendo en forma paralela, un escenario más acorde a lo que son los requerimientos que hoy plantea este negocio.
Asimismo, otro desafío relevante es ir generando las instancias suficientes en todo Chile, para que la nueva sabia se vaya incorporando de manera efectiva al quehacer del rubro. Y en esa materia, desde el punto de vista gremial, la idea es que puedan ir participando con bríos en los procesos que conciban renovados esquemas de gestión para apoyar a todos los colegas que desean fortalecerse a través de la agrupación de fuerzas, el compartimiento de buenas prácticas, etc.
Todo lo anterior debe hacerse teniendo en mente un fin superior y muy importante para la panadería artesana nacional, el cual es asegurar su continuidad y protagonismo en el tiempo, entendiendo que somos una actividad esencial para la población nacional, pero que ello no nos da pie para dormirnos en los laureles, sino que nos debe mover a avanzar de manera permanente, teniendo en cuenta, detectando y manejando a tiempo cada una de nuestras fortalezas y debilidades.
Es una tarea que hoy debemos emprender entre todas las generaciones, contemplando que nadie sobra y que todos pueden y deben sumar sus esfuerzos para acometerla con éxito.