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“La certificación aumenta la confianza y reputación de la industria”

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“La certificación aumenta la confianza y reputación de la industria”
En Chile un importante número de personas no cuenta con un título técnico o académico, y pese a ello han ganado valiosa experiencia, conocimientos y habilidades durante sus años de desempeño en el mundo laboral. La buena noticia es que ahora estas personas tienen la oportunidad de que les reconozcan y certifiquen sus competencias, aumentando así sus posibilidades de mejorar sus condiciones de empleabilidad, en línea con las demandas que plantea el mercado del trabajo.
En este sentido, El Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales, ChileValora, ha venido desplegando una sigilosa pero relevante labor, en consonancia con las entidades gremiales del país, con el fin de elaborar y actualizar perfiles ocupacionales acorde con las exigencias de cada industria, y con miras a iniciar la acreditación de diversos centros de certificación. Revista Past & Panhe conversó con Ximena Concha, Secretaria Ejecutiva de ChileValora, quien ahondó en el trabajo que actualmente está impulsando esta entidad, destacando en la estrecha colaboración que se ha gestado entre ChileValora y el gremio de la industria del pan.

¿En qué consiste el Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales?

El Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales, ChileValora, busca mejorar la productividad de las empresas y la empleabilidad de los trabajadores, mediante el reconocimiento formal de sus habilidades, conocimientos y destrezas, sin necesidad de estar avalados por un grado o título académico.
Nuestra misión es potenciar las competencias laborales de las personas, a través de procesos de evaluación y certificación alineados con las demandas del mercado del trabajo.
En nuestro país hay cerca de 3,5 millones de personas, entre 20 y 54 años con baja tasa de escolaridad, y que no tienen cómo demostrar los conocimientos y la experiencia ganadas en sus años de desempeño laboral. Es por ello que ChileValora representa una oportunidad para reconocer las competencias laborales de los trabajadores, mejorar la calidad del empleo y sus condiciones de trabajo. Esto último es muy importante debido a que al contar con trabajadores más calificados y competentes, las empresas mejoran su productividad.
Por lo tanto, la certificación de competencias basada en perfiles ocupacionales identificados por el propio sector, es una herramienta poderosa para que la industria del pan, por ejemplo, aborde de mejor manera sus desafíos de productividad y competitividad, invirtiendo en sus trabajadores, mejorando su formación y sus capacidades.

¿Cuáles son las funciones que desempeña esta entidad?

Entre las funciones de ChileValora está definir las políticas de certificación de competencias que se aplicarán en el país, velar por la calidad del sistema, convocar y apoyar a los sectores productivos en la conformación de organismos sectoriales para la elaboración de perfiles ocupacionales y acreditar y supervisar a las entidades que realizarán los procesos de evaluación y certificación de las personas, entre otras.
A la fecha ya hemos aprobado el primer registro con 27.816 personas certificadas, además de validar el primer catálogo oficial de competencias que está permitiendo certificar a otros 7.000 trabajadores más, a través de un programa del Sence que arrancó el 2010. Paralelamente, estamos trabajando con 19 sectores en la definición de nuevos perfiles ocupacionales y/o en la actualización de los perfiles ya existentes, en cooperación con los organismos sectoriales. En este punto, ya hemos conformado una mesa de trabajo con Fechipan.
A lo anterior hay que sumar el amplio programa de difusión que hemos desplegado en torno al sistema, mediante nuestra plataforma web www.chilevalora.cl, y una serie de seminarios y eventos regionales. En estos momentos estamos a la espera de la tramitación del reglamento, que nos permitirá iniciar la acreditación de los centros de certificación.

¿Qué papel juegan los gremios dentro de este sistema?

Los gremios juegan un rol estratégico. Ello porque las entidades gremiales asumen la función articuladora al interior de sus sectores, permitiendo agregar demanda sectorial en el desarrollo de capital humano y reconociendo las necesidades de las empresas y/o actores que representan.
De igual forma, los gremios aportan con su visión global de la industria, identificando en el mediano plazo cuáles serán los escenarios productivos, tecnológicos y laborales propios de su sector, sus mejores prácticas y cuáles serán las brechas en materia de competencias, que será necesario cubrir para mejorar la productividad. Sin duda, todo lo anterior representa información muy valiosa para nuestra gestión, razón por la cual debemos trabajar en forma alineada y mancomunada.
En síntesis, los gremios pueden actuar fundamentalmente en dos planos. El primero de ellos es en el levantamiento de perfiles ocupacionales, participando en el desarrollo de proyectos de competencias laborales a través de organismos sectoriales tripartitos. En esta instancia estratégica y operativa, el conocimiento y visión del gremio es fundamental, y se suma al aporte que representantes de los trabajadores y del Gobierno puedan hacer a fin de construir una mirada del mercado en un sector determinado, además de identificar las demandas de capital humano que desde allí surjan. Esta es la base del Sistema.
En segundo término, las entidades gremiales también pueden aportar en los procesos de certificación de personas, apoyando o desarrollando las entidades acreditadas para tales fines. En tal sentido, la experiencia acumulada representa un interesante activo para este proceso.
Finalmente, es muy importante el rol que desempeñan los gremios en el fortalecimiento de una oferta de capacitación laboral pertinente, que permita cerrar las brechas de competencia que sean detectadas en los procesos de evaluación de los trabajadores del sector y que esté alineada con las demandas de capital humano, y que han sido expresadas en los perfiles ocupacionales acreditados por ChileValora.

A su juicio, ¿cuál sería el impacto que podría tener este sistema en una industria tradicional como la del pan?

La industria del pan juega un rol fundamental en la vida de las personas. La calidad e innovación de sus procesos y productos tiene un alto impacto en la salud y calidad de vida de la población. En este sentido, un programa de certificación de sus trabajadores que apunte a garantizar la calidad en las competencias que éstos tienen para cumplir adecuadamente con los requerimientos del trabajo que desarrollan, tiene un alto impacto en la reputación y confianza que el sector puede generar ante los clientes.
Por lo tanto, la identificación de perfiles ocupacionales críticos que definan con claridad cuáles son los conocimientos, destrezas y habilidades que requieren dominar los trabajadores del sector, junto al desarrollo de procesos masivos de certificación y formación, permiten avanzar en una mayor productividad y competitividad de una industria como la del pan.
Hoy nadie discute que son las personas quienes hacen la diferencia entre una empresa y otra, entre una industria exitosa y otra que no lo es. Invertir en la formación y preparación de los trabajadores a objeto de enfrentar los grandes desafíos que hoy se plantean, es la estrategia adecuada. Este sector lo ha entendido así, y prueba de ello es su elevado interés en involucrarse desde el inicio en el Sistema de Certificación de Competencias Laborales.
De hecho, hay un proyecto de competencias laborales que está impulsando el sector del pan, en conjunto con ChileValora. Esto es una demostración del interés y compromiso de los actores del pan por profundizar y proyectar su participación en la certificación de sus trabajadores, lo que traerá beneficios tangibles al sector y le permitirán proyectarse con mayor seguridad.

¿Existen experiencias internacionales similares a las de ChileValora?

La experiencia internacional, es amplia y variada. ChileValora, con el fin de recoger las mejores prácticas, ha realizado un análisis de estas experiencias, el cual ha sido corroborado con la opinión de expertos del OIT/CINTERFOR.
Lo que hemos aprendido es que, en general, los sistemas de certificación se orientan a sectores productivos estratégicos, los que al contar con trabajadores certificados, agrega valor a la cadena productiva del sector. La mayoría de los sistemas de certificación que hemos recogido de otros países, se articulan de manera fluida con los sistemas de capacitación y deben inicialmente trabajar con aquellas industrias que manifiesten el interés de certificar a sus trabajadores, fijando metas de trabajadores evaluados y certificados, junto con ir monitoreando el comportamiento del sistema para ajustar su focalización.

¿Cómo cree usted que evolucionará el sistema en Chile?

Existen señales alentadoras respecto de la dinámica que está adquiriendo el sistema y que permiten avizorar su futuro. Es claro el interés de los sectores productivos por participar en la primera convocatoria de proyectos de competencias laborales, mediante organismos sectoriales, con 19 proyectos en plena operación. Estos permitirán en el corto plazo robustecer el Catálogo de Competencias Laborales de ChileValora, ampliándolo en número de perfiles y sectores involucrados, abriendo así oportunidades de certificación a más trabajadores del país. Lo anterior expresa una expectativa positiva hacia el sistema e implica que existe una necesidad real por la certificación de personas, a nivel de empleadores y trabajadores.
Durante este año aspiramos a que se inicie el proceso de acreditación de los primeros Centros de Evaluación y Certificación de Competencias Laborales, de tal forma de iniciar en 2012 las primeras certificaciones a través de esta modalidad. De este modo, a contar del 2012 esperamos ampliar las opciones de financiamiento para que muchos más trabajadores puedan optar a la certificación y aumentar su impacto en la empleabilidad del país.
En particular, se iniciará la aplicación de la franquicia tributaria como medio para financiar la certificación de los trabajadores, en aquellas empresas que utilizan este beneficio tributario. También será necesario definir instrumentos adecuados para facilitar el acceso a la certificación de aquellos trabajadores que se desempeñan en empresas de menor tamaño o por cuenta propia.
También en el corto plazo el sistema de certificación deberá ir buscando fórmulas concretas de mayor alineamiento con el sistema de capacitación laboral, que faciliten al trabajador cerrar sus brechas de competencias, otorgándole opciones de calidad para seguir desarrollando sus potencialidades a lo largo de su trayectoria laboral.
En el ámbito de la formación profesional, el sistema también deberá propiciar la articulación con las instituciones de educación técnico profesional, que permitan definir itinerarios formativos para las personas donde la certificación de competencias laborales tenga un valor y sea reconocida por dichas entidades, favoreciendo las oportunidades de optar a títulos técnicos de nivel superior.

¿Cuáles serían las potenciales barreras que podríamos enfrentar?

La principal barrera que puede enfrentar el sistema es que no esté plenamente alineado con las demandas reales del mercado del trabajo. Este debe ser un sistema orientado a la demanda, y son los propios sectores quienes deben identificar en qué áreas es necesario certificar trabajadores, como medio para mejorar su empleabilidad y productividad. Por lo tanto, se trata de dotar de valor al certificado.
El certificado de competencia laboral que entreguemos a una persona tiene que contar con la validez por parte de los actores.
Otro aspecto central es que los perfiles que sean acreditados por ChileValora deben contar con el respaldo sectorial, de manera que tengan plena validez y legitimidad por parte de los actores más representativos de cada sector. En este sentido, es clave el rol que juegan los organismos sectoriales de competencia laboral de carácter tripartito.
En consecuencia, el prestigio y validez de este sistema requiere de una decidida labor de ChileValora por asegurar la calidad y fe pública del sistema, apoyado por un activo compromiso del sector público, de los empresarios, los trabajadores del país y sus organizaciones.

Ximena Concha, Secretaria Ejecutiva de ChileValora.

Esta entrada tiene un comentario

  1. Angela

    Hola necesito saber por un cartón cuando José el curso pero nunca lo fuy abuscar como lo podría hacer eso fue en nel año 2011 más omeno

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